Sobre nosotros
Descubre nuestra historia

¿Quienes somos?
En Sándalo Servicios Funerarios acompañamos a las familias de Gran Canaria en los momentos más delicados, ofreciendo un servicio funerario integral, cercano y profesional.
Somos una funeraria con sede en la isla de Gran Canaria, aunque realizamos trabajos en toda la isla, con atención disponible las 24 horas, especializada en preparación y cuidado del cuerpo, traslados fúnebres y servicios florales. Además, somos pioneros en toda Canarias a la hora de realizar limpiezas traumáticas. Nos ocupamos de todos los detalles y trámites necesarios para que las familias puedan despedirse con serenidad, confianza y dignidad.
Nuestro compromiso es brindar un trato humano y personalizado, garantizando respeto, discreción y profesionalidad en cada servicio. Más que un equipo, somos un apoyo cercano en los momentos que más se necesitan.
nuestra prioridad: las familias
Nos caracteriza la empatía, la profesionalidad y la atención personalizada, acompañando en cada detalle para brindar apoyo real en los momentos más difíciles.
LA HISTORIA DE SÁNDALO
Sándalo Servicios Funerarios nació en el año 2024 con el propósito de ofrecer a las familias de Gran Canaria un servicio funerario cercano, profesional y humano.
Su fundador, Miguel, cuenta con más de 25 años de experiencia en el sector funerario, una trayectoria marcada por la vocación de acompañar a las familias en los momentos más difíciles. Durante todo este tiempo se ha formado de manera constante para garantizar siempre la máxima calidad y dignidad en cada servicio.
Miguel es especialista en tanatopraxia y tanatoestética, con formación acreditada en el Instituto Francés de Tanatopraxia, además de poseer el Certificado de Profesionalidad en Tanatopraxia y cursos avanzados en reconstrucción de cadáveres y otras técnicas especializadas.
Con esta sólida preparación y una experiencia de más de dos décadas, Miguel decidió dar un paso más creando Sándalo, un proyecto que une su conocimiento profesional con un trato humano y cercano, siempre con el respeto y la discreción que merecen las familias.

